Para cualquier periodista, uno de los desafíos más interesantes en una entrevista es atravesar al personaje y conseguir hablar con la persona, el ser humano que diga lo que piensa y no “piense” tanto lo que diga. En el caso de algunas figuras del espectáculo, como por ejemplo Zaira Nara, a pesar de que hablan de su vida privada (claro, que en gran parte es pública), la persona detrás es casi una incógnita.
Más que dispuesta a hacer alguna reflexión sobre cómo se vive desde adentro el estar en el ojo del huracán mediático/chimentero, ella prefiere seguir aportando las respuestas de casette, con más o menos picante, como para no salir del personaje y mantener el estado de cosas que este año la tuvo en el centro de la escena.
Bellísima, amable y muy alta (¿por qué suele ser la segunda pregunta que todo el mundo te hace al saber que estuviste con ella, después del clásico ‘y… es linda’?) Zaira pasó raudamente por Córdoba en plan de modelo, como cara de la firma KSI, presentando la colección Primavera-Verano. Por esas cosas insólitas que tienen las estrellas, lució las bikinis pero por contrato no mostró la cola: pasó siempre con pareo o pollerita, dejando a la imaginación lo que había debajo.
Después de desfilar, atendió a la prensa y fue “acribillada” a flashes y preguntas sobre su estado sentimental. Se sabe que la chica no tuvo un 2011 fácil, principalmente después de haber suspendido el casamiento con el futbolista Diego Forlán (y haber vivido eso como un reality). La semana pasada, se publicaron fotos que darían cuenta de un romance con el tenista Juan “Pico” Mónaco (¡pero en la tarde del jueves salieron fotos del deportista a los besos con otra!), y poco tiempo atrás, para colmo, su perrita murió aplastado por un auto.
Y aquí se la ve requerida por una multitud, y con los minutos contados para todos, y vale decir que su vida es vertiginosa. “Es una vida agitada, pero por lo menos no me aburro”, dice, como aburrida por la consulta, paradójicamente. Entre la gran cantidad de curiosos que rodean el living donde atiende a la prensa, se percibe el magnetismo que excede a su belleza, y que tal vez tenga que ver con la idolatría que genera para millones aparecer en ShowMatch. El precio, sin embargo, probablemente sea alto en un concurso que exige cada vez más fortaleza psicológica que talento en el baile para soportar golpes bajos. “Pasa que cuando uno lo ve de afuera, porque a mí me pasaba cuando estaba mi hermana en el certamen, decía ‘ es tremendo, durísimo’. Cuando estás en el baile, decís ‘y bueno, ya estoy acá’, sabés que el jurado es tremendo, es todo bastante complicado y entonces tratás de zafarla”.
Igual, confiesa cuáles son sus cables a tierra: “Mis amigas, mi familia, sentarme a tomar mate, leer un libro, hablar de otros temas con mi gente, y eso es lo que me permite aguantar estar en un certamen así”, concluye.
–¿Y en cuanto a la exposición mediática? Este año ha sido particularmente difícil para vos eso.
Antes de responder, Zaira da vuelta la cara y mira a su agente de prensa. Es la señal de que no está con ganas de seguir con la entrevista, a pesar de que la pregunta es totalmente inofensiva. Igualmente, contesta. “Es algo complicado que a veces uno no lo puede manejar. Creo que son los pro y los contras, porque es divino ser reconocida por la gente, que te quieran, pero también eso lleva a que la gente quiera saber demasiado de tu vida privada y que los medios a veces sean un poco crueles a la hora de contar cosas. Es parte de este trabajo que a veces es un poco duro”.
Y aquí se da la paradoja, porque parece sentirse más cómoda ante preguntas de su vida privada.
–¿Alguna vez, en algún momento, vas a decir qué fue lo que viste de Diego Forlán que dijiste por Twitter?
–(risas) No. Lo que pasó, pasó.
–¿En un libro…? (tiramos en tono de broma tonta)
–El libro… “Las verdades de Zaira Nara”, me estás dando una buena idea, eh (risas). No, la verdad que con las cosas que pasan yo prefiero dar vuelta la página, no tengo ganas de hablar del pasado y miro para adelante.
–El futuro parecía que era match point para vos, que venía por el tenis...
–Parecería… je. La verdad que por ahora estoy sola y muy bien.
Y listo. Su agente de prensa indica que ya pasaron los 3 minutos disponibles para hablar con esta candidata a princesa, que ya tiene lista su sonrisa para el cronista que sigue.
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